viernes, 28 de diciembre de 2012

El enganche, ¿una especie en extinción?


   No sólo el fútbol argentino, sino el mundial, carecen desde hace años de ese futbolista que usa la casaca número 10 y que le hace honor a esos dos dígitos. Cada vez menos los hinchas se pueden deleitar de esos cracks que saben qué resolver con sus pies antes de que la redonda les llegue donde se encuentran ubicados. ¿Están en extinción? ¿Por qué cada vez hay menos? ¿Por qué?

Por Lucas Abbruzzese

   “El problema es que no puede haber conductores si se parte del vértigo y la verticalidad porque es muy difícil encontrar la pausa en ese contexto. El fútbol es usar bien los espacios, manejar los tiempos y engañar al adversario. Y esto, a 1.500 kilómetros por hora, no se puede hacer”, explica una y mil veces el entrenador César Luis Menotti. Frenar, hacer creer que vas a realizar algo para terminar haciendo otra, saber dónde ubicarse son algunas de las claves que tiene el deporte más popular del mundo. Y nadie mejor para llevarlas a cabo que el enganche. Sin embargo, el fútbol se volvió cada vez más rápido de pies y más lento de cabeza. Así se está…

   Pero, ¿cómo se define a un enganche? ¿Cuál es su función? Pausa, rapidez mental, tener la capacidad de colocar un pase entre líneas, pedirla en momentos adversos, leer correctamente el partido para advertirle a sus compañeros por dónde, cómo y cuándo atacar al rival, entre otras propiedades, deben ser algunas de las características esenciales que sin ninguna objeción deben poseer los número 10.

   ¿Realmente cada vez hay menos conductores? ¿O los hay y los directores técnicos le dan menos lugar y confianza? ¿Por qué ya no abundan esos futbolistas a los que se admira constantemente? El fútbol, en cuento a juego, ha retrocedido enormemente. No hay que hablar ni escribir en forma generalizada, ya que hace un lustro existe un tal Barcelona, a quien perfectamente le queda el calificativo de contracultural, que semana tras semana le marca el camino al mundo de cómo se disputa este deporte. ¿Tiene el elenco catalán un enganche? ¡Vaya si en sus filas cuenta con uno de ellos! Ese nombre propio le pertenece a Andrés Iniesta, uno de los jugadores que mejor entiende el juego en el planeta tierra. El Cerebro parece que juega con una lentitud asombrosa, pero lo que carbura a mil por hora es su cabeza, la que le permite, gracias a su tremenda habilidad con los pies, indicarle el camino al Barsa, conducirlo, aportarle calidad, asistencias perfectas y, sobre todo, entendimiento del desarrollo de un match. Completo.

   Y siguiendo con los ejemplos, cómo no trasladarse a la década del ´70, a la cual muchos la catalogan como en la que hubo mayor cantidad y calidad de enganches. Por citar a algunos, vale la pena pasar por Zico, Tostao (el conductor del Brasil del Mundial de México ´70, el mejor seleccionado de la historia), Norberto Alonso, Ricardo Bochini, Teófilo Cubillas, etcétera. Años en los que abundaban los cracks que se mueven por todo el frente de ataque.
   Por qué no seguir recordando la historia, más reciente, para encontrarse con apellidos como Zidane, quien alguna vez tendría que haber disputado un cotejo con un smoking por la elegancia con la que se desplazaba dentro del rectángulo de 105 por 70 metros. ¿Más? Sí. Baggio, Figo, Ozil, Michael Platini, Valderrama. La lista sigue, pero hay que poner un punto para pasar al plano local, donde Juan Román Riquelme, Pablo Aimar y Marcelo Gallardo se llevan todos los ojos para encontrar un enganche de esta última década en el fútbol argentino. Los tres, cada uno con lo suyo, deleitan con pases, entendimiento del juego, pegada, determinación y presencia. Inigualables.

   Muchas veces se abre el interrogante sobre algunos intérpretes. ¿Los Diego Armando Maradona, los Pelé (él mismo se autodenominaba como un centrocampista adelantado), los Lionel Messi, los Johan Cruyff, los Ronaldinho son específicamente enlaces? La respuesta habría que encontrarla objetivamente, ya que para algunos lo son y para otros no. Son monstruos de otras galaxias que disfrutan con la pelota en sus pies y que si los mandan a defender lo harán a la perfección porque tienen incorporado conceptos futbolísticos como pocos. Así como hay definidores de jugadas que se pueden poner el traje de enganches, también existen los que arrancan desde el centro del verde césped. Esos a los que los defensores son los primeros que buscan para darle continuidad a una jugada. Perfectamente caben en esta categoría los Xavi, los Redondo, los Verón, los Pirlo…

                                    Maradona, abrazado con Zico.        

Con la locura que se vive en el mundo fútbol, fiel reflejo de las sociedades, conjugado con que el negocio de los que nada tienen que hacer dentro de esta disciplina, pasó a ser más importante que el propio juego y, en consecuencia, se fue perdiendo esa alegría en una cancha. Y los conductores parecen ser los más perjudicados porque muchos entrenadores, ante la presión de “si perdés te echamos”, optan por formaciones amarretes, cautelosas y priorizando más la parte defensiva que la ofensiva como si esa fuera la verdadera fórmula para obtener buenos resultados. ¿Hasta cuándo subestimar la figura del enganche? ¿Realmente no salen más o cada vez los utilizan menos? ¿Ambas? Lo cierto es que, teniendo en cuenta todas estas preguntas, parece que el número 10 está en peligro de extinción.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Crismanich y los medios de comunicación


Por Lucas Abbruzzese

Un análisis de cómo cubrieron los medios de comunicación la medalla de oro de Sebastián Crismanich.



   En este tramo de la historia, en el que te quieren hacer creer que si ganas sos el mejor y si perdes no servís para nada, ganar un título o una medalla de oro en un Juego Olímpico te asegura permanecer durante varios días en las tapas de diversos diarios y ser el o la que más minutos ocupe en la radio y la televisión.

   La presea dorada del taekwondista argentino Sebastián 
Crismanich en el evento deportivo más grande del mundo que se disputó en Londres y finalizó hace un par de semanas fue un fiel reflejo de ese exitismo que invade a muchísimos ciudadanos hoy en relación a los medios de comunicación y que se puede analizar de la siguiente manera: el que gana es en el que van a estar puestas todas de las miradas, es decir, el vencedor, en esta lógica de mercado, es el que más vende. Y si es el que más vende, mejor para el negocio porque habrá mayor consumo.

   Para entender mejor este absurdo lema sobre que si no sos ganador no vas a tener chances de ser reconocido en los medios de comunicación, sobre todo en los hegemónicos, vale recordar la forma en la que se cubrió en Argentina el antes, el durante y el después de que el correntino consiguiera la medalla dorada. Por ejemplo, en el único diario deportivo del país, Olé, del día en el que Crismanich iba a competir (10 de agosto), sólo se lo mencionaba en la agenda del día. Ni siquiera ese dicho medio recordó la entrevista que le había realizado al taekwondista y que apareció en el papel el 25 de noviembre. “Nadie se siente seguro enfrente mío. Si estoy bien, puedo pelear por una medalla”, le había declarado Crismanich al diario Olé. Si en la edición impresa del once de agosto, día que obtuvo la medalla de oro la ciudad londinense, se hubiera recordado aquella nota con el correntino y resaltado que tenía aspiraciones de conseguir una medalla, el resultado obtenido no hubiera caído como una sorpresa para gran parte de los argentinos. Eso también habla sobre la escasa capacidad e interés de análisis que existe en diversos medios nacionales.

   El nacido en una de las provincias del noreste argentino también había manifestado que podía cosechar una presea en la revista El Gráfico de abril de este año: “Si estoy con todas las luces, como cuando gané los Juegos Panamericanos (en Guadalajara 2011), me voy a sentir capaz de acercarme a una medalla”. Es decir, no tendría que haber sido sorpresivo el resultado conseguido por el correntino si se tenían en cuenta estas expresiones. Pero como un pibe de perfil bajo, humilde y que, sobre todo, no había conseguido grandes logros hasta antes de Londres, se habló y se escribió sobre él poco y nada. Lo que también le jugó en contra, pero que no es un factor determinante, fue que justo el día de su participación olímpica Las Leonas disputaban la final contra Holanda y la selección de básquet se medía ante Estados Unidos por una de las semifinales del torneo.

   Y de la siguiente manera fue como lo analizó Víctor Pochat, periodista especializado en los Juegos Olímpicos que fue consultado para este trabajo: “Se aprecia por dos factores. El primero es por el desconocimiento de los periodistas y que no imaginaban una buena actuación. Además, luego del oro en Guadalajara no hubo un seguimiento hacia él y siguió consiguiendo cosas, como la clasificación a Londres. Y el segundo motivo fue que le jugó una mala pasada que ese mismo día compitió la selección femenina de hockey, la Generación Dorada y Lucas Calabrese y Juan de la Fuente en la Medal Race, donde tenían posibilidad de medalla (consiguieron la de bronce)”.

   Otra mirada diferente tuvo Mariano Ryan, profesor de la escuela de periodismo DeporTea. El periodista del diario Clarín opinó que “los medios lo cubrieron bien y le dieron mucha bola”. Y aseguró que fue meramente “una cuestión de espacio” que antes de la pelea de Crismanich no haya tenido tanta repercusión.

   Ese exitismo llegó a tal punto que el correntino fue invitado y asistió al programa televisivo ShowMatch, el cual es conducido por Marcelo Tinelli (con quien cruzó un par de patadas), y a grabar un par de escenas para la novela “Dulce amor”, cuya tira es en Telefe por las noches. ¿Por qué, por ejemplo, no fue invitada Paula Pareto, judoca nacional que logró un estupendo cuarto puesto en la categoría 48 kilogramos? La respuesta está en que como para ellos no triunfó (en realidad sí lo hizo, ya que competir y llegar tan arriba es todo una consagración) seguramente no hubiese “vendido” e impactado tanto. “Lucharía toda mi vida por revivir de vuelta esos cinco minutos”, le expresó Crismanich al conductor haciendo alusión al combate final que le dio la medalla de oro contra el español Nicolás García Hemme.

   “El tema de los Juegos Olímpicos es muy especial. Se es héroe por un día y no por una trayectoria. A los deportes menos populares se les presta menos atención, y esa atención es sólo en los Juegos Olímpicos. A ese héroe de un solo día todo el mundo lo quiere conocer y lo invitan a los programas porque es cuando más repercusión tiene. Ahora es muy difícil que lo inviten; y si lo hacen en sólo si gana el Olimpia de oro”, respondió Pochat tras ser interrogado sobre cómo observó que los medios cubrieron el logro del correntino.

   Como cada vez que alguien gana algo, siempre aparecen malos dichos sobre ese personaje, equipo o lo que fuese. Y Crismanich no fue la excepción. Un par de días luego de su histórico triunfo aparecieron en las redes sociales unas supuestas declaraciones suyas sobre lo que, aparentemente, había tenido que resignar para llegar a lo más alto de la categoría de hasta 80 kilogramos. “Para competir en Londres tuvo que vender su auto y llegar un día antes porque no le habían pagado el hotel”. Además, en esa fotografía aparecía la pregunta “¿dónde está la plata?” en relación a que el gobierno nacional había invertido 180 millones de pesos en las instituciones deportivas. No se puede afirmar de donde viene esta infamia, pero todas las miradas estuvieron puestas en que pudo haber sido tanto una maniobra de la oposición al gobierno de Cristina Kirchner como del Grupo Clarín, ya que es el estado nacional quien creó al Ente Nacional de Alto Rendimiento (EnARD), cuyo financiamiento depende principalmente del uno por ciento de lo recaudado por las facturas de telefonía móvil. Pero estas mentiras fueron aclaradas rápidamente por el protagonista en el programa televisivo 678: “Ni bien aterricé en Argentina salí a defender al EnNARD porque es la base de nuestro rendimiento. Este apoyo nos da la tranquilidad de planificar tranquilo de cara a los Juegos de Río de Janeiro 2016”. Y así las dudas quedaron enterradas.

   No sólo Crismanich salió a bancar a ésta entidad. El que también la defendió fue Federico Molinari, el gimnasta argentino que fue octavo en la categoría de anillas en los Juegos de Londres. Vía la red social Twitter, escribió los siguientes tres tuits: “Recién llego, esta pelotudez la dijo Lanata (periodista de Canal Trece, perteneciente al Grupo Clarín)?”. Tuit dos: “Quiero dejar en claro una cosa. El EnARD es lo mejor que nos pudo haber pasado a los deportistas amateur. Gracias a los diputados que apoyan esta ley!”. Y tuit tres: “Cuando algo se hace bien hay que reconocerlo! Gracias al EnARD somos reconocidos dignamente, tenemos obra social, becas, competencias!”. Y de esta manera se dejaba en claro que la plata invertida por el gobierno nacional tuvo y va a seguir trayendo sus frutos.