jueves, 12 de agosto de 2021

Somos


Somos consecuencia.

Somos circunstancia.

¿Somos? ¿O estamos siendo? ¿Cuánto de estático hay en el “somos”? Lo estático no va de la mano de la deconstrucción. Y como somos deconstrucción constante, estamos siendo.

En esas consecuencias y en esas circunstancias, estamos siendo lo que discutimos, lo que debatimos y lo que podemos. Estamos siendo las batallas que damos y lo que no nos callamos (porque el silencio no es salud).

Estamos siendo cuestionamiento. Militancia y rebeldía.

Somos lo que las personas que nos topamos hacen de nosotres. Estamos siendo con otres. Somos porque hay une otre. Estamos siendo todo lo preparado que tengamos los oídos para escuchar y los ojos para ver.

Somos porque hay un nosotres.

No creo mucho en los “nunca” ni en los “siempre”, pero nunca estemos siendo indiferencia. Seamos humanización permanente. Y si hay un lugar para un siempre, que sea para la ternura y el amor, ese que –no dudemos- vence al odio.

En ese estar siendo, parafraseando a Eduardo Galeano, “somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”.

Somos la música que escuchamos, los lugares que habitamos.

Somos montaña. Somos universo. Naturaleza y cemento, ruido constante y garganta poderosa.

Somos consecuencia de ese amor que ya no está y seremos circunstancia de los que vendrán.

Somos magia. Somos risa y llanto. Estamos siendo emoción constante.

“No somos el lugar que ocupamos, simplemente somos”, me partió la cabeza una vez Ariel Scher, en una clase no enmarcada en una hora cátedra sino en esos pasillos que dejan enseñanza.

Somos y estamos siendo desafío. Hoy, ser
es un desafío. Hoy, sí, en la época en la que “somos lo que los medios de comunicación quieren que seamos”.

Somos todas las preguntas que nos hacemos. Somos proceso.

Estamos siendo el libro que leemos. Y el que dejamos de leer.

Si somos es porque existimos. Y existir –dice Jorge Valdano- “es una cosa más profunda que ganar”. Porque ahí es donde entra lo que el Indio nos canta con “vivir solo cuesta vida”.

Estamos siendo la decisión que tomamos. Y la que dejamos de tomar.

 “Somos compañeros”, nos invitó el Che, mientras temblemos de indignación ante cada injusticia que se comete en el mundo.

Somos política constante, consecuencia de los días en los que nos decían que el silencio era salud porque la indiferencia era norma. Estamos siendo orgullo y vergüenza. Mientras la vergüenza sea norma –enseño Carlos Jáuregui-, el orgullo será revolucionario”.

Estamos siendo semilla.

Somos revolución constante.