martes, 2 de junio de 2015

Por qué ni una menos

#NiUnaMenos fue la consigna que circuló por las redes sociales para convocar a la marcha que se llevará a cabo hoy en el Congreso, desde las 17. Más allá de concurrir, es una tarea cotidiana la de intervenir en cualquier caso, concientizar y preguntarse qué hay detrás de ese pedido de basta de desaparición, maltrato y asesinato de mujeres.
Ni Una Menos porque hay que frenar con la cosificación de la mujer. No son objetos ni le pertenecen al otro ni al mejor postor. Son de ellas; con sus ideas, sus ganas, sus errores, sus virtudes, su imprescindible existencia en un mundo que cada vez toma más conciencia a la par que no logra terminar con esa cadena verticalista y de privilegios impuesta por el hombre, en la que se cree un ser superior.

Ni Una Menos porque hay que frenar con la trata de personas. Y eso abarca las enormes redes con el objetivo de secuestrar mujeres para explotarlas, la complicidad policial y judicial, el silencio del vecino y lo cómplice que son los medios hegemónicos de comunicación desde su desinformación, estigmatización y poca importancia que le brindan al problema. Porque hay que terminar con el odioso “por algo será” o el miserable “y, mirá cómo se vestía” para justificar la desaparición de una muchacha.

“El problema empieza cuando a la mujer se le ve primero el culo y las tetas que los ojos”.

Ni Una Menos porque ellas no son una mercancía. No son lo que son por el tamaño de sus tetas ni la perfección de sus colas. No. Son lo que son por lo que hacen, por lo que transmiten, por el simple hecho de ser alguien.

Ni Una Menos porque los femicidios aumentan, la trata no cesa, la explotación sexual no se frena. Sin clientes no hay trata. No es una cuestión de estado ni del otro, sino de todos, de cada ciudadano, de cada institución y de cada mayor ante su hijo. Concientizar al otro, empezando por uno mismo. Hay que desnaturalizar la violencia de género, el piropo grosero que no es piropo. Hay que ayudar a denunciar las violaciones o los maltratos.

Ni Una Menos porque la mujer no es una cosa. Porque lo que la publicidad, los programas de 30 puntos de rating y el sistema impone no es la verdad. Es una mierda. Una mierda que forma personas, que las llena de ideas basuras, le mete en el cerebro que la mujer vale por su físico y no por lo que es. Luchar contra eso. Que las minas no se queden apartadas de esa lucha y exigencia por una sociedad más justa, igualitaria y de derechos.

Hay una belleza que por cierto no es la corporal y es la más linda e importante de todo. Eso nos ocultan. Ese puede ser un buen punto para empezar a desbaratar lo establecido, lo que vende, lo que nos metieron en la cabeza desde chiquitos.

Ni Una Menos para luchar por los derechos humanos de todos, no sólo de unos pocos. Porque hay que gritar basta de violencia. Porque violencia también es que el aborto no sea seguro, legal y gratuito. Eso es fomentar la desigualdad entre las que tienen y las que no un poder adquisitivo mayor.

Ni Una Menos porque una mujer no vale menos si es gordita, usa anteojos o posee una cadera ancha. Esa mujer es víctima de un maltrato psicológico que no tiene vuelta atrás. La sociedad la juzga, las prejuzga y las utiliza según su físico. Vale para la tele y para ser protagonista de las publicidades y promociones si tiene unas curvas exuberantes y un físico envidiable. Bajo esa lógica nos han criado y vivimos cotidianamente.

El puño hacia arriba es luchar contra todo este maltrato. La tarea es de todos.