martes, 10 de enero de 2017

El instante, el tema y la piel de gallina


No sabíamos qué canción tocaba este año (2016). Nos reunimos. Es que en y durante las reuniones -o asambleas, como quieran llamarlas- decidíamos cada paso a dar y seguir. Hubo una comunión de grupo enorme. No es casualidad que post viaje casi que no haya habido fin de semana en el que no nos hayamos visto.

Se eligió Juntos a la par, de Pappo (cómo extrañamos a Pappo). ¿Cuántas veces nos ponemos a reflexionar verdaderamente sobre las letras de las canciones? ¿Existe ese instante? "Nada como ir juntos a la par". Pff. ¿Habrá instancia para reconocer la profundidad de esas siete palabras seguidas y combinadas unas tras otra? Creo que no. O creo que sí. Bah, no sé. Allí hay algo de sueños.

Ir a la par. Con un/a otro/a. "Y caminos desandar". "Y caminos desandar". "Y caminos desandar". Sí, tres veces. Porque desandar los caminos es atreverse. Ir e intentarlo. Fallar y regresar para jamás dejar de perseguir ese sueño. Lo instalado está en nuestra cotidianidad. Queda en nosotros desandar esos caminos prejuiciados.

Pero volvamos a eso de los sueños. ¿A cuántos de nosotros se nos han pasado por la cabeza vaya uno a saber cuántos deseos o anhelos o sueños o ganas mientras cantábamos, recitábamos, practicábamos Juntos a la par? Va adjunto un video, recuerdo de ese primer día en el que nos juntamos y juntos, claro, dimos a conocer el tema para ensayarlo. Había que ver esas caras.

"Anoche se me puso la piel de gallina mientras cantábamos", nos dijimos al otro día al reunirnos. No faltaron infinidad de "sí, a mí también". Y esos momentos no fueron planificados ni premeditados. Se dieron. Una muestra más de que en esta vida lo más lindo está lejos de aquello en lo que ya se sabe que va a pasar. Pasó en Malimán, un miércoles perdido de octubre. ¿Perdido? No, lleno de sensaciones y emociones. De sentir. De vivir.