martes, 26 de marzo de 2013

¡Movete, pibe!


Por Lucas Abbruzzese


   En el fútbol si hay algo que es clave es la movilidad. Para encontrar espacios se necesita dinámica, entrar y salir de la jugada, arrastrar marcas para causar la sorpresa de otro jugador. Moverse sin balón. Lionel Messi, el mejor futbolista del mundo desde hace más de un lustro, no se caracteriza por moverse así, ya que cuando posee la redonda saca diferencias impresionantes como nadie.

      Quien escribe éste artículo tuvo la posibilidad de concurrir el viernes por la noche al estadio Monumental , y, obviamente como la mayoría de las casi 60 mil personas que hubo en la cancha, siguió permanentemente el andar del crack del Barcelona sobre el verde césped. El capitán del seleccionado nacional es una invitación constante para que sus compañeros le cedan la pelota y sabe más que nadie en qué momento acelerar o en qué instante tocar de primera. Es dueño de los tiempos y de los espacios, los cuales muchas veces apareces gracias a su velocidad y el toque rápido.

   Los jugadores argentinos saben que cuando Messi se adueña de la pelota debe tener 2 o 3 opciones de pase para producir la pared, ésa acción del juego tan necesaria para destrabar defensas cerradas y que nunca pasará de moda (como si el fútbol fuese distinto en épocas). Estas esporádicas apariciones le alcanzaron al número 10 para ser una de las figuras contra la Vinotinto. Esporádicas porque es un futbolista que parece estar en otro partido u otra cancha, que hasta llegó a tomar agua en el mismo instante que la defensa venezolana salía desde el fondo por su sector. ¿Puede desempeñarse de la misma manera contra rivales más duros y de más nombre? ¿Reguló porque sabe qué rival que estuvo enfrente? ¿Podrá contra Alemania o España, en un hipotético choque mundialista, aparecer de a ratos? Seguramente no, y en consecuencia son estos los cotejos que sirven para ir aceitando su funcionamiento y el del equipo.

   En el Barsa es igual, con la diferencia de que sabe que detrás de él hay monstruos como Xavi, Iniesta o Busquets que dominan y mueven la pelota como pocos. En el conjunto catalán, Messi puede pasar varios largos minutos sin tocarla y el funcionamiento muchas veces lo deja sólo para que desnivele. En la selección se está aceitando la paciencia y se seguirá trabajando el estilo.

   Con la pelota en los pies es único. Junta varios contrincantes, toda una ayuda para la Argentina si sabe desplazarse cuando Messi es atorado. Cada vez que el esférico está en su pie zurdo pasa algo y casi nunca falla. De la mano del crack el país sueña con consagrarse en el Mundial de Brasil 2014 para levantar la tercera Copa del Mundo de su historia.