Por Lucas Abbruzzese
Un análisis de cómo
cubrieron los medios de comunicación la medalla de oro de Sebastián Crismanich.
En este tramo de la historia, en
el que te quieren hacer creer que si ganas sos el mejor y si perdes no servís
para nada, ganar un título o una medalla de oro en un Juego Olímpico te asegura
permanecer durante varios días en las tapas de diversos diarios y ser el o la
que más minutos ocupe en la radio y la televisión.
La presea dorada del taekwondista
argentino Sebastián
Crismanich en el evento deportivo más grande del mundo que
se disputó en Londres y finalizó hace un par de semanas fue un fiel reflejo de
ese exitismo que invade a muchísimos ciudadanos hoy en relación a los medios de
comunicación y que se puede analizar de la siguiente manera: el que gana es en
el que van a estar puestas todas de las miradas, es decir, el vencedor, en esta
lógica de mercado, es el que más vende. Y si es el que más vende, mejor para el
negocio porque habrá mayor consumo.
Para entender mejor este absurdo
lema sobre que si no sos ganador no vas a tener chances de ser reconocido en
los medios de comunicación, sobre todo en los hegemónicos, vale recordar la
forma en la que se cubrió en Argentina el antes, el durante y el después de que
el correntino consiguiera la medalla dorada. Por ejemplo, en el único diario
deportivo del país, Olé, del día en el que Crismanich iba a competir (10 de
agosto), sólo se lo mencionaba en la agenda del día. Ni siquiera ese dicho
medio recordó la entrevista que le había realizado al taekwondista y que
apareció en el papel el 25 de noviembre. “Nadie se siente seguro enfrente mío.
Si estoy bien, puedo pelear por una medalla”, le había declarado Crismanich al
diario Olé. Si en la edición impresa del once de agosto, día que obtuvo la
medalla de oro la ciudad londinense, se hubiera recordado aquella nota con el
correntino y resaltado que tenía aspiraciones de conseguir una medalla, el
resultado obtenido no hubiera caído como una sorpresa para gran parte de los
argentinos. Eso también habla sobre la escasa capacidad e interés de análisis
que existe en diversos medios nacionales.
El nacido en una de las provincias
del noreste argentino también había manifestado que podía cosechar una presea
en la revista El Gráfico de abril de este año: “Si estoy con todas las luces,
como cuando gané los Juegos Panamericanos (en Guadalajara 2011), me voy a
sentir capaz de acercarme a una medalla”. Es decir, no tendría que haber sido
sorpresivo el resultado conseguido por el correntino si se tenían en cuenta
estas expresiones. Pero como un pibe de perfil bajo, humilde y que, sobre todo,
no había conseguido grandes logros hasta antes de Londres, se habló y se
escribió sobre él poco y nada. Lo que también le jugó en contra, pero que no es
un factor determinante, fue que justo el día de su participación olímpica Las
Leonas disputaban la final contra Holanda y la selección de básquet se medía
ante Estados Unidos por una de las semifinales del torneo.
Y de la siguiente manera fue como
lo analizó Víctor Pochat, periodista especializado en los Juegos Olímpicos que
fue consultado para este trabajo: “Se aprecia por dos factores. El primero es
por el desconocimiento de los periodistas y que no imaginaban una buena
actuación. Además, luego del oro en Guadalajara no hubo un seguimiento hacia él
y siguió consiguiendo cosas, como la clasificación a Londres. Y el segundo
motivo fue que le jugó una mala pasada que ese mismo día compitió la selección
femenina de hockey, la Generación Dorada y Lucas Calabrese y Juan de la Fuente
en la Medal Race, donde tenían posibilidad de medalla (consiguieron la de
bronce)”.
Otra mirada diferente tuvo Mariano Ryan,
profesor de la escuela de periodismo DeporTea. El periodista del diario Clarín
opinó que “los medios lo cubrieron bien y le dieron mucha bola”. Y aseguró que
fue meramente “una cuestión de espacio” que antes de la pelea de Crismanich no
haya tenido tanta repercusión.
Ese exitismo llegó a tal punto que
el correntino fue invitado y asistió al programa televisivo ShowMatch, el cual
es conducido por Marcelo Tinelli (con quien cruzó un par de patadas), y a grabar
un par de escenas para la novela “Dulce amor”, cuya tira es en Telefe por las
noches. ¿Por qué, por ejemplo, no fue invitada Paula Pareto, judoca nacional que
logró un estupendo cuarto puesto en la categoría 48 kilogramos? La respuesta
está en que como para ellos no triunfó (en realidad sí lo hizo, ya que competir
y llegar tan arriba es todo una consagración) seguramente no hubiese “vendido”
e impactado tanto. “Lucharía toda mi vida por revivir de vuelta esos cinco
minutos”, le expresó Crismanich al conductor haciendo alusión al combate final que
le dio la medalla de oro contra el español Nicolás García Hemme.
“El tema de los Juegos Olímpicos
es muy especial. Se es héroe por un día y no por una trayectoria. A los
deportes menos populares se les presta menos atención, y esa atención es sólo
en los Juegos Olímpicos. A ese héroe de un solo día todo el mundo lo quiere
conocer y lo invitan a los programas porque es cuando más repercusión tiene.
Ahora es muy difícil que lo inviten; y si lo hacen en sólo si gana el Olimpia
de oro”, respondió Pochat tras ser interrogado sobre cómo observó que los
medios cubrieron el logro del correntino.
Como cada vez que alguien gana algo,
siempre aparecen malos dichos sobre ese personaje, equipo o lo que fuese. Y
Crismanich no fue la excepción. Un par de días luego de su histórico triunfo
aparecieron en las redes sociales unas supuestas declaraciones suyas sobre lo
que, aparentemente, había tenido que resignar para llegar a lo más alto de la
categoría de hasta 80 kilogramos. “Para competir en Londres tuvo que vender su
auto y llegar un día antes porque no le habían pagado el hotel”. Además, en esa
fotografía aparecía la pregunta “¿dónde está la plata?” en relación a que el
gobierno nacional había invertido 180 millones de pesos en las instituciones
deportivas. No se puede afirmar de donde viene esta infamia, pero todas las
miradas estuvieron puestas en que pudo haber sido tanto una maniobra de la
oposición al gobierno de Cristina Kirchner como del Grupo Clarín, ya que es el
estado nacional quien creó al Ente Nacional de Alto Rendimiento (EnARD), cuyo
financiamiento depende principalmente del uno por ciento de lo recaudado por
las facturas de telefonía móvil. Pero estas mentiras fueron aclaradas
rápidamente por el protagonista en el programa televisivo 678: “Ni bien
aterricé en Argentina salí a defender al EnNARD porque es la base de nuestro
rendimiento. Este apoyo nos da la tranquilidad de planificar tranquilo de cara
a los Juegos de Río de Janeiro 2016”. Y así las dudas quedaron enterradas.
No sólo Crismanich salió a bancar
a ésta entidad. El que también la defendió fue Federico Molinari, el gimnasta argentino
que fue octavo en la categoría de anillas en los Juegos de Londres. Vía la red
social Twitter, escribió los siguientes tres tuits: “Recién llego, esta
pelotudez la dijo Lanata (periodista de Canal Trece, perteneciente al Grupo
Clarín)?”. Tuit dos: “Quiero dejar en claro una cosa. El EnARD es lo mejor que
nos pudo haber pasado a los deportistas amateur. Gracias a los diputados que
apoyan esta ley!”. Y tuit tres: “Cuando algo se hace bien hay que reconocerlo!
Gracias al EnARD somos reconocidos dignamente, tenemos obra social, becas,
competencias!”. Y de esta manera se dejaba en claro que la plata invertida por
el gobierno nacional tuvo y va a seguir trayendo sus frutos.