Más allá de los nombres propios, lo que quedó claro aquel
20 de octubre del 2015, con el asesinato de Mariano Ferreyra, fue el sistema al
servicio de los poderes y del negocio por sobre el de los que luchan.
Pasado el mediodía del
20 de octubre del 2010, es decir hace 5 años, Argentina se conmocionaba por la
muerte del militante Mariano Ferreyra, soñador de la revolución y de terminar
con este mundo desigual. Aquel caluroso día de primavera fue cuando se empezó a
destapar a grandes rasgos los entramados políticos, los negociados y un sistema
corrupto manejado por los grandes intereses económicos y no por la clase
trabajadora.
Aquella mañana de
octubre, con el Partido Obrero a la cabeza, despedidos y tercerizados
ferroviarios marcharon hacia Barracas con la intención de cortar las vías del
ferrocarril en protesta de las injusticias. No llegó a su objetivo el encuentro
porque la policía (siempre en contra de los intereses de las luchas sociales) y
las patotas (una especie de mercenarios contratados para ahuyentar el peligro)
no lo permitieron, tanto como que una de sus avanzadas finalizó con la vida
llena de sueños del militante del PO. Quedó claro que no hubo enfrentamiento,
sino ataque por parte de un lado y con premeditación.
Era empezar a
descubrirle la cara al entramado político que llevaba décadas. Tercerización,
es decir, contrataciones de una empresa para otra con el fin de bajar costos
salariales –a veces, y quizás no sólo a veces, la misma empresa se contrata a
sí misma para quedarse con un vuelto; barras bravas funcionales a los gremios,
los cuales deberían defender a sus empleados y no castigarlos por reclamar sus
derechos; una dirigencia política que calla; un periodismo más pendiente de la
pauta oficial que de ejercer la profesión.
“El sindicalismo trabaja
defendiendo lo propio y no a los trabajadores que representa”
Imprescindible se hace
ver el documental (*) ¿Quién mató a Mariano Ferreyra?, estrenando en el 2013 y
protagonizado por el periodista Martín Caparrós. “Me parece muy bien lo que
hace mi hijo porque lo siente. Si vamos a estar escondiéndonos de lo que
pensamos, no sirve”, dejó como mensaje en el film la mamá de Ferreyra. Una bala
en el pulmón fue la acción material que le cortó los sueños al militante. Quien
la disparó, una consecuencia del sistema. Y uno de los que gobernaba en ese
sistema era José Ángel Pedraza, líder ferroviario, perteneciente al partido
político que le convenga e instigador del crimen. Ya fue condenado y detenido.
Lo curioso de Pedraza es
cómo pasó de formar parte del peronismo combatiente de los sesenta y de
participar en la huelga de 79 contra la última dictadura a ser un actor de la
burocracia sindical y los intereses lejanos a los trabajadores. Quizás las
convicciones no eran tales. Las que sí lo fueron eran las de Mariano Ferreyra y una masa de
pibes que crece con el anhelo y la lucha por una mayor participación de los
sectores populares en la toma de decisiones del país.
(*) http://www.filmmarianoferreyra.com/
Acá se puede ver el film.