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miércoles, 19 de julio de 2017

De Riquelme a Panzeri y cómo pensar el fútbol y el periodismo

La batalla cultural la ha ganado fuertemente el capitalismo. El mundo del capital se ha asentado casi con un tono dictatorial hacia los días que vivimos. El tener se impuso sobre el ser. Porque para ser, nos dicen, hay que tener. Se han olvidado que uno es por el hecho de ser, de respirar, de ser parte de un mundo. ¿Qué mundo? ¿Acaso nos hemos puesto a pensar el mundo en el que vivimos? Si se refiere a grandes escalas; la globalización, la mercancía y el negocio se han impuesto ferozmente por sobre los seres humanos.

El periodismo y el fútbol no resultaron exentos de esta maquinaria del capital. El agobio “informativo” es constante. Permítanme las comillas, ya que considero que cada vez se informa menos. Informar -explica Ezequiel Fernández Moores- es dar forma. Es educar. Es hacer pensar. Y poco de eso ha quedado. ¿Nos damos por vencido? Para nada. Por estos días, más precisamente, el sábado 8 de julio, Página/12 lanzó un suplemento llamado Enganche. Es deportivo y abrió con una entrevista a Juan Román Riquelme, quien en una de sus primeras respuestas enseñó:

“Después del retiro descubrí que el futbolista vive una realidad que no es la que vivimos todos. Mi suerte era que siempre volvía a Don Torcuato y acá estaba la gente que no me dejaba que me confunda. Seguramente que si cambio o si hago una cagada me va a agarrar alguien, me va a sentar y me va a decir que no está bien.”.

Nunca olvidarse de dónde salimos. ¿Alguien, durante el proceso de formación o en primera división, está al lado del jugador de fútbol (como persona, porque siempre primero está la persona) para advertirle los riesgos de los millones, la fama, las cámaras? Román, y no hace falta más que escuchar a sus compañeros, parece no haberse olvidado del barrio, los amigo, la familia. Los valores.

Este capitalismo salvaje arrasó con todo. La sabiduría, el saber, el conocimiento…han quedado en un plano secundario. Ya insistía y anticipaba Dante Panzeri, en 1967, en su libro Fútbol, dinámica de lo impensado, los riesgos de este negocio:

“Bajo denominaciones más acordes con la instalación de un show, que no de una racionalización del trabajo para un deporte profesional, esos mismos hombres fueron suplantados por la sonoridad de las rebuscadas y artificiales denominaciones, que se asociaron a los hombres que, con más audacia que talento, coparon las posiciones de un inexistente magisterio bajo apariencias de directores técnicos, asimilados al fútbol como instrumentadores de la inaudita automatización de la espontaneidad, que hoy se pretende hacer creer que conforma un llamado fútbol moderno. Siempre antiguo. Siempre fútbol, el único, el bueno o el malo. El de los jugadores”.

Y siguió Panzeri:

“El proceso siguiente empezó disfrazándose con la necesidad de adaptar el fútbol al progreso de la humanidad moderna. Ese proceso atraviesa hoy por la necesidad de seguir disfrazando dialécticamente la cobertura de seriedad de un simple show internacional de lo absurdo, que pretende nutrirse de la inocencia. Se ha hecho posible la actual Obra Maestra de la Psicosis Tecnológica: Entrenador, DT, Preparador Físico, Kinesiólogo, Asesor técnico del DT, Espía de adversarios, Director General de Fútbol, Ayudante de campo, Médico clínico, Médico traumatólogo, Médico dietólogo, Otorrinolaringólogo, Pedicuro, Asistentes sociales, Psiquiatras-Psicoanalistas, Utileros, Asesor espiritual, Profesores de idiomas, Médico deportólogo, Contact-man, Manager, Meteorólogo”.

No hizo falta más que leer la entrevista a Riquelme para acordarse de Panzeri. Es que el máximo ídolo de la historia de Boca deslizó: “al fútbol lo han convertido en una empresa. Se habla de nutricionista, del profe, de este, del otro, del representante, del dirigente. Antes no se hablaba de nada. O jugabas bien o jugabas mal. Y no hay otra, eh. Entiendo que esto es un trabajo o que es un negocio, pero si jugás bien vas a ganar. No me van a vender otro cuento, porque el fútbol no es una empresa, es un juego hermoso en el que hay que jugar mejor que el contrario. Si lo entendemos así, vamos a andar bien”.

¿Qué hubiera agregado Panzeri a esto? “Todo sea por el traspaso de un juego a una cosa seria”.

Gente idónea en los puestos de privilegio se necesita. No todo es el capital ni el tener. No hay mejor capital que el del saber. Las empresas, los gerentes de las multinacionales y el poder han ocupado lugares que no les corresponde. Por eso es necesario volver a Panzeri. Y a Riquelme. Y a cada uno que nos aleje del circo cotidiano. ¿Habrá leído Román a Dante? No lo sabemos. De lo que estamos seguros es que sus formas de ver al deporte más popular de todos son similares.



“Muchos, muchos más, que juegan desde afuera que cuantos lo hacen desde adentro. En el afán de parecer, poco importa el no ser. Y es así como, a medida que más fuerte se hace la duda acerca de quiénes saben el fútbol que nadie puede enseñar, más abundan los diplomados de supuesta capacidad para enseñar este fútbol que no se puede enseñar”, Dante Panzeri.

domingo, 15 de junio de 2014

Otro Mundial del negocio

Por Lucas Abbruzzese - Lesionados que se lo perderán; lesionados que estarán por contrato o por negligencia; ausentes porque sus selecciones no clasificaron; otros que no participarán por inentendibles decisiones de sus entrenadores...El fútbol pierde, también en un Mundial.


El jueves arrancó la Copa del Mundo. El espectáculo (fuera de la cancha, claro) está garantizado, aunque sobre el verde césped, durante los 90 minutos, las dudas acerca de su brillo y buen trato de pelota, están en duda. El Mundial será esa cruda consecuencia de lo que está sucediendo hace décadas en las temporadas: calendarios agotadores, futbolistas tenidos en cuenta como piezas y no como humanos, el negocio por encima de todo…Mientras tanto, Joseph Blatter, el presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), sacó a relucir el miércoles su deseo por continuar al frente del ente corrupto que se transformó en una transnacional. Poco importa el juego.

Las AUSENCIAS. El fútbol es de los jugadores. Los futbolistas son los verdaderos protagonistas. Ellos marcan la época, las formas y las tendencias. ¿Cómo va a ser posible disfrutar a pleno cuando entre muchas selecciones se quedaron sin torneo figuras de enorme talla, con habilidad, talento y buena salud para el espectáculo en el rectángulo?

El calendario futbolístico, ese impuesto por los popes que están sentados en sus oficinas y a los que solo les importa permanecer en el acto mercantil, es cada vez más agotador. Partidos entre semana, cada vez más invento de copas y supercopas, jugar hasta romperse todo. Para peor, la preparación para esos desafíos aumenta su peligrosidad. ¿Por qué? Porque durante las pretemporadas, en vez de practicar todos los ejercicios con la pelota, el elemento esencias de este deporte, los preparadores físicos se dedican a hacer correr los jugadores en montañas, en médanos, hacerlos cargar decenas de kilos de pesas en sus hombros. ¿Para qué? ¿Alguien sabe el fin? ¿O será que piensan que mientras más corpulentos y rápidos sean los intérpretes, mejor van a desempeñarse? Las mancuernas no enseñan conceptos del juego.

¿Cómo entender entonces que Cristiano Ronaldo, Arturo Vidal, Luis Suárez, Samir Khedira, Gundogan, Thiago Alcántara, Ribery, etcétera, etcétera lleguen en malas condiciones a la competición más importantes a nivel de selecciones? ¿Por qué juegan? La deshumanización del deporte es cada vez mayor. Ni los futbolistas, ni los entrenadores, menos los dirigentes operan para cambiar la situación. ¿Cómo entender, si no, que los jugadores no se rebelen contra los amistosos previos a la Copa del Mundo, esos que continúan atentando contra el físico? Montolivo, Reus son ejemplos claros de pérdidas para los cotejos oficiales que causaron esos mamarrachos de encuentros para “despedir a la gente”.

Para peor, y todo para peor, nada para mejor, los directores técnicos, esos que eligen quiénes jugarán, cooperan con el no fútbol. Atentan contra la alegría, la habilidad y la picardía. Uno de ellos, como el de Francia, dejó afuera a Samir Nasri. Uno de ellos, como el brasileño, se dio el lujo de no convocar ni a Ronaldinho ni a Kaká. Otro de ellos, el argentino, pensó que Tévez no era compatible con Messi y lo dejó sin Mundial. Ese mismo, este último, tiene en claro y decidido que ante rivales difíciles desarmará el póker ofensivo (Messi-Di María-Higuaín-Agüero) para priorizar lo defensivo y armar una línea de 5. Francesco Totti e Isco también son víctimas en esta lista, aunque el entrenador que dejó afuera al español, Del Bosque, optó por otro talento.

Para peor, y todo para peor, claro, se encuentran en esta lista fea y lamentable, los futbolistas que no participarán de Brasil 2014 porque sus selecciones no clasificaron. Sería otra la alegría de la copa si estuviesen en cancha hombres como Gareth Bale, Zlatan Ibrahimovic, Arda Turan, Alaba, Hamsik, Lewandowski…Pareciera que todo está confabulado en contra del fútbol, ese que cada vez es más tomado para ganar sin importar las formas.